Paseando el pasado Martes, nos acercamos a comprar unos bollitos a Santa Inés.
Este convento atesora una de las historias o leyendas mas antiguas de Sevilla. El Rey Pedro I se enamoró de María Coronel, dama de importante familia sevillana, y viuda de Juan de la Cierva, decapitado por el rey acusado de traición, así como también fue muerto a manos del rey el padre de doña María, y despojada ésta de todos sus bienes. Debido al acoso del rey, ella se refugió en el cercano convento de Santa Clara, a donde el rey mandó ir a buscarla, y al oír que llegaban al convento, y hallándose en la cocina, se volcó aceite hirviendo por la cara desfigurando su rostro. El rey arrepentido devolvió a Doña Mª las tierras sustraídas fundando ella en 1374 el convento de Santa Inés con 40 monjas. Su cuerpo apareció incorrupto al descubrirse por el siglo XVI, y se visita los días 2 de Noviembre.
Puerta de entrada en la calle Doña Mª Coronel al convento de clausura de Santa Inés. Al fondo se vislumbra el zaguán donde se encuentra el Torno, a través del que se realiza la compra de dulces. |
Gracias a una reciente restauración se han recuperado estos frescos ocultos anteriormente.
En el lateral del torno hay una relación de los tipos de dulces y sus precios.
Magdalenas, almendradas, sultanas, cortadillos, pestiños, etc.,
y sus renombrados bollitos de Santa Inés.
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Tras tirar de la cadena que hace sonar la campanilla, y pasados unos segundos,
oímos un "¡Ave Mª Purísima!" de cadencia latina, y recordando mis tiempos en colegio de monjas, respondo presta: "¡sin pecado concebida, hermana!, ¿Han hecho hoy bollitos?". A Manolo y a mi se nos alegra la cara cuando contesta que sí, como todos los Martes y Viernes, y pedimos 2 bolsitas, y ya que estamos aquí, unas magdalenas de leche que también están recién hechas. Y bolsa hacia afuera al son del movimiento del Torno, y pago hacia dentro girando de nuevo, y con una "visión imaginada" de la monja que desde dentro nos despide nos volvemos para la puerta de la calle a través del patio.
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