"Todo muy picadito"

1 de abril de 2012

Torrijas y Domingo de Ramos


Uno de Abril, Domingo de Ramos, y en Sevilla, ¿Qué podemos hacer?.... 
Pues lo primero, mirar a través del cristal el tiempo que hace, después ver lo que nos vamos a poner si salimos por la mañana o por la tarde-noche, y por supuesto dejar preparadas unas torrijas para cuando volvamos de pasear por Sevilla viendo las cofradías que están en la calle.
Aquí se hacen con miel, de vino o de leche, con pan corriente o de molde especial, son fáciles de preparar, aunque entretenidas, y saben a "gloria bendita".

INGREDIENTES (DE LECHE)

Un pan de molde (de pan pan, no dulce) cortado en rebanadas
1 kilo de miel aprox
Huevos ( 6 - 10)
1,5 litro de leche aprox  
1 palito de canela
1 peladura de limón
Azúcar
Aceite de oliva

Ponemos al fuego la leche con la canela, la corteza de limón y 2 cucharadas rasas de azúcar , y cuando empiece a hervir retiramos, dejamos enfriar y colamos. La miel se pone al fuego con 1/5 litro de agua mas o menos y una cucharada de azúcar, para hacer el almíbar, pero procurando que no hierva, y la mantendremos caliente poniéndola al fuego de vez en cuando. El punto de este almíbar debe ser ligero, no espeso porque empalaga, ni aguado porque no sabe a nada, y según la miel, necesita mas o menos agua, pero una vez hechas se puede aclarar o espesar con mas agua o miel. Ponemos en un bol 5 o 6 huevos y los batimos ( según haga falta se añade alguno mas) reservando. Y preparamos una sartén amplia con bastante aceite de oliva que iremos calentando despacio.
Mientras, se van mojando las rebanadas de pan en la leche, primero todos los bordes, que son mas secos, y al final enteras sin soltarlas y dejándolas en una bandeja unos minutos para que "engorden" la leche. Lo que resta es simplemente una cadena: se pasan por huevo, se fríen hasta que estén doradas, se dejan escurrir un poco sobre papel absorbente y se van colocando en una fuente o recipiente apropiado, y entre tanda y tanda se rocía con  miel. Cuando están todas se dejan enfriar y de vez en cuando se mueven las de arriba a abajo para que se impregnen del almíbar por igual. Es conveniente guardar el almíbar sobrante por si hiciera falta añadir, ya que van "chupando".
 Si las queréis de vino son exactamente igual, pero en lugar de la leche, se mojan en vino blanco bueno y suave rebajado con agua y una cucharada de azúcar. 
Y recogemos enseguida la cocina y nos vamos, que ya mismo está la primera en la Campana (ojalá que el tiempo lo permita, porque éste es el pellizco de muchos sevillanos).











































Inevitable pensar en mi querida y ausente amiga Trini, que le encantaban recién hechas, y templadas aún.



 

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